Te amo, lo lees en mi rostro, en mi alma, por un momento, por un breve instante el sentir tu mano sobre mi cuerpo, la fuerza de la dominación, el deseo de rozar tu piel en la mía, observar tus labios pronunciando tales palabras, quiebran mi mente, creo poder ser tuya e inundar mis sentidos, calentando mi cuerpo de deseo, del dolor amado provocado por ti, y cuando tu mano se deslice entre mis muslos jugueteando con mi sexo hasta penetrarlo completamente sentirme dichosa pues eres tu amado, el único que conoce tales secretos a el único a quien me entrego por completo.
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