La escuela había sido tediosa, por poco el profesor no
caía en la mentira de su enfermedad, pero gracias a sus encantos había
conseguido que aceptara el justificante y realizar la prueba otro día... o al
menos así lo creía.
Al llegar a casa todo era normal, los sirvientes tenían
su platillo en la mesa y Allen como de costumbre se encontraba en el estudio.
-Elena, sabes que me molesta el ruido del teléfono cuando
estoy comiendo, apágalo- menciono en tono autoritario.
-Pero señorita su hermano lo necesita- exclamo con
nerviosismo.
-El tiene uno en la oficina, aquí sobran.
-Como usted diga señorita.
Al terminar Melissa se retiro de la mesa dirigiéndose a
su habitación cuando su recorrido fue interrumpido por Elena.
-Señorita, lamento molestarla, pero el señor Allen
requiere de su presencia en su estudio inmediatamente.
-¡Ja! Nunca quiere que entre en su estudio y ahora me
“solicita” ¡vaya! Dile que tomare una ducha he iré a verlo.
-Como diga Señorita.
La perilla giro lentamente, al tiempo que la puerta del
estudio se abría, Melissa se quedo observando a Allen, el cual se encontraba
sentado en un sillón, con libro en mano.
-¿Qué necesitas?- replico Melissa, entrando de lleno al
estudio.
-Me apetece saber sobre ti.
-¡Ja! ¿Desde cuándo?
-Veras, aunque no lo aceptes te encuentras a mi cargo,
por esa misma razón es mi obligación velar por tu bienestar y buen
comportamiento.
-Si tanto te interesa estoy bien- menciono Melissa dando
vuelta para marcharse.
-Aun no he terminado de hablar; no te comportes de forma
tan desconsiderada y toma asiento, pretendo discutir ciertos puntos contigo.
Frunciendo el ceño Melissa tomo asiento sobre una silla
aterciopelada.
-¿Y bien?-Exclamo con rabia.
-El pasado no se puede cambiar, a decir verdad sin la
unión entre nuestras familias no se hubiera dado todas las riquezas de tu padre
habrían sido tomadas y tú te encontrarías en un orfelinato, deseo que me
muestres respeto por ser quien mantiene el estilo de vida al cual están tan
acostumbrada, la fortuna de tu padre no es eterna y por ello debo trabajar manteniéndonos,
por esa misma razón es tu deber prepararte para seguir con su legado- Al no ver
respuesta por parte de Mellissa, Allen prosiguió-Me entere sobre tus faltas al
colegio y a la prueba, por si eso fuera poco te atreviste a falsificar mi
firma, además robas el dinero que tanto cuesta ganar.
-El dinero es de mi padre y lo otro no es de tu
incumbencia.
-Por supuesto que lo es, ese dinero lo he ganado para
ambos, debes aprender a valorar el esfuerzo de los demás. Dime ¿Qué has
comprado con ese dinero?
-No tengo porque decírtelo, es dinero de mi padre, no
tuyo.
-ENTIENDE, no es de tu padre, eso era exclusivamente
fruto de MI trabajo para pagar cosas de NUESTRA casa, ahora... tendrás la
amabilidad para decirme donde esta-manifestó con frialdad
-Lo gaste en ropa y otras cosas para mí y para Andrea...
-Mañana mismo iras a devolverlo todo lo que has comprado,
he iniciaras a trabajar conmigo, espero que eso te enseñe algo de respeto por
el dinero ajeno... hable con tu director y conseguí que no te expulsaran o suspendieran,
pero la prueba no la podrás tomar y eso significa que deberás entrar en un
curso de verano.
-Está bien; devolveré las cosas, pero ni creas que
trabajare para ti o hare un curso en MIS vacaciones
-No tienes opción, el curso es obligatorio y personalmente
me encargare que vayas; respecto a trabajar para mí, es una opción, trabaja
donde te plazca pero no te daré mas mesada ni dinero extra para mantener tus
salidas y niñerías, si quieres comprar algo deberás ganarlo.
-¡Eres un tonto! Es tu obligación pagar esas cosas.
-En eso te equivocas, es mi obligación mantener tus
necesidades básicas, no tus caprichos y no los mantendré mas , otra cosa no
permitiré de nuevo ese vocabulario tuyo, no me dejas opción te quedaras 2 meses
sin internet, por lo que acabas de decir y por falsificar mi firma; lo
configurare inmediatamente para que solo puedas acceder a paginas académicas
-¡No es justo!
-No te conviene replicar, será peor para ti, puedes
retirarte
Continuará...
