Superficial roce entre pieles, medida exacta, avivadora del deleite y
agonizante martirio, utilizador del placer como arma de tormento, pues me tocas
sin tocarme besándome en la distancia, acrecentando el placer y la agonía al
permanecer distante, provocas que te anhele, grito por tenerte dentro mío, por
sentir tu cuerpo penetrar el mío, en un baile frenético de goce exquisito, sin
restricción de pasiones, pero… torturas mi cuerpo sin azotes solo con la
caricia de tus manos.
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