Daphne era una chica castaña, algo robusta y rebelde, a sus 18 años
aún le quedaba el último semestre de bachillerato puesto que había sido
expulsada de su anterior escuela.
Sus padres habían tomado la decisión de enviarla a un
colegio-internado, cuya especialidad era convertir a las chicas rebeldes en
estudiantes ejemplares; los padres tenían que firmar un documento en donde
indicaba entre otras cosas que los métodos empleados eran sumamente estrictos
y la aplicación de castigos físicos por cualquier falta que los maestros,
perfectos o directores considerasen pertinentes; además mientras se encontrarán
en curso no podrían tener contacto con su hija, incluyendo fines de semana,
tampoco se le permitiría entrar con artículos personales, puesto que todo el
material necesario se le entregaría a su llegada; después de algunas preguntas
ambos tutores firmaron el acuerdo y acordaron llevarla 1 día antes del inicio a
clases para la platica introductoria y la entrega de su habitación.
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