Eras el pilar de mis sueños, eras el motivo de mis deseos, eras mi
anhelo.
Te deseaba; deseaba tus manos rozando mi piel, tu boca en mis labios,
el estruendoso azote que con locura descargabas en mi cuerpo.
Te añoraba; añoraba las historias que juntos creamos, tu voz tan dulce
y severa, ese palpitar que con una mirada provocabas.
Te quería; quería tu cuerpo, tus manos y tú piel.
Te amaba, o eso creí.
Una cosa es segura.
Te extraño.
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