No recuerdo cuando la vi por vez primera, a decir verdad no
recuerdo cuando inició mi cuerpo a comportarse de esa manera...
Solo sé que me causaba contradictorias impresiones; era
inteligente, independiente, con una hermosa sonrisa y voz amable; pero era
extraña, distante, irritante, era delgada y pequeña, casi con el cuerpo de una
niña, pero esos ojos y esa picara sonrisa afirmaban lo contrario.
Una noche me sumergí en ese estado similar a un trance,
dejándome llevar por mis emociones y revelando mis verdaderos sentimientos, mi
deseo por permanecer a su lado.
Sus manos, ese aroma tan peculiar que me vuelve loca, no
tarde mucho en desearla entre mis sabanas, pero permanecí distante, era ella la
que daba las órdenes.
Por fin ese día esperado...
-Irlean-Pronunció con su dulce voz.
-¿Si?
-Acércate.
Me acerque a ella, percibiendo el dulce perfume floral
mezclado con su aroma natural, una exquisita mezcla que eriza la piel, como si
fuese un sueño; inició a tocarme, sus dedos acariciaron mi piel que formaba
delgadas líneas rojizas, ese deliciosa sensación cuando recorres piel con piel, cuando eres
consciente de la húmeda calidez que los cuerpos emanan al respirar y al desear.
Simplemente fue eso, un momento divido en donde me poseyó
completamente, en donde sus dedos exploraron cada parte de mi ser.
¿Amor u obsesión?... O deseo?
ResponderEliminarCreó que los sentimientos siempre están unidos los unos con los otros y por eso llegamos a veces a confundirnos mucho, lo cual hasta cierto punto llega a ser increíble. Una situación rara, para la cuál (creo yo) se necesita tiempo y después de eso podremos definir la situación.
Violeta masoch.