Desnuda, aprisionada en mi habitación aguardando
abrazarme entre sobras, beber una copa de vino frente al calor de la vela,
extraviándome con el resonar de tu palabra en mi mente; lujuria tu voz
encadenadora, conductora del éxtasis, provocador apetito encaminado a mi
cuerpo; mis manos trasformadas en ti, torturan y templan; se escucha tu voz entre ecos nocturnos,
gemidos y suspiros despliegan mis labios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario