Después de una agotadora rutina, fue hora de entrar a la
piscina; Tomó una rápida ducha, depositó sus pertenencias en una banca de
madera, retiró delicadamente sus negras sandalias colocándolas perfectamente
alineadas al borde de la piscina, posteriormente recogió su larga y castaña
melena para ajustarla al gorro de látex.
Sheila entró al agua concentrándose en la refrescante
sensación que envolvía su cuerpo, en la densidad distorsionada; en
nadar por ese hermoso carril olímpico.
Después un unas vueltas reposó sus antebrazos en el borde de
piedra, sus ojos se toparon con sublimes figuras. Aquel era un hombre
perfectamente delineado, con músculos marcados y un firme trasero que resaltaba
debido al ajustado traje, la visión era espectacular; en ese instante, unas
delicadas piernas caminaron alrededor del hombre; era un cuerpo pálido y
femenino, la esbelta figura portaba un traje azul que contrastaba con el rojo
de su cabellera, pero lo que más impactó a Sheila fueron los ojos verdes de la
joven.
Sheila observaba detenidamente a ambos cuerpos mientras
realizaban su rutina de estiramientos, fijó la mirada en muslos y pechos,
imaginando tantas cosas... Intentaba ser discreta, fingiendo que realizaba
ejercicios respiratorios, pero en realidad solo observaba cómo se tensaba su
piel.
La joven pelirroja entró a la piscina; Sheila quedó
impresionada por su habilidad de nado; sin embargo decidió continuar con su
propia rutina. Habrían pasado unos 45 minutos cuando Sheila salió de la
piscina. Caminó hasta los vestidores femeninos y descubrió varios cuerpos
completamente desnudos a su alrededor.
Shelia se aproximó a las regaderas; le costaba ducharse, no
estaba acostumbrada a que otras mujeres la contemplaran desnuda, además, creía
desentonar en aquel ambiente, si bien era hermosa, tenía una complexión un poco
robusta; sin embargo no tenía opción, prefería ducharse ahí que al regresar a
casa.
Inició a enjabonar su cabello y prosiguió a quitarse el
traje de baño, cuando se encontraba en esta labor, se percató que la pelirroja
la observaba a un costado de ella, Sheila se sonrojo pero no pudo desviar la
mirada de ese delicado perfil y pequeños senos. La pelirroja se aproximo con un sensual movimiento de cadera
y tocando el pecho de Shaila susurró-¿Te gusto?
Ante la ausencia de respuesta continuó-Tu a mi si-dijo
pasando un dedo entre los labio de Shaila-Los Martes vengo a la piscina- cuando
terminó de decir esto, le dio un rápido beso, tomó su toalla y partió a la otra
sección de vestidores.
Shaila se quedó incrédula a lo que había pasado, tardó más
de lo habitual en ducharse pues no sabía si quería toparse nuevamente con esa
criatura.
Insinuante y bien contado relato.
ResponderEliminarBesos, Evelyn.
Gracias Ohma.
EliminarUn abrazo.
VAYA... QUE PASARÁ EL MARTES???
ResponderEliminarUN BESAZO EVELYN!!!
Aún no lo se XD
Eliminarjajajaja
:o Que sexy >.<
ResponderEliminarencantadora historia... ya quiero saber que va a pasar >:(!
Violeta Masoch
Tu siempre de impaciente jajajajaja
EliminarUn abrazo pequeña.
I have just read this and I have to say... I love redheads, I love how you described the situation, and it was such an arousing story... I cannot wait to read the next part!
ResponderEliminarWith love,
-AH