La tarde se tintó en el firmamento; nos encontrábamos
nuevamente en aquel dormitorio. El oleaje de aromas irrumpió nuestros sentidos,
haciendo presente la palpitante lujuria; me clavé en su piel, deseaba
desangrarlo con mis labios y mi lengua, ansiaba tenerlo dentro mío... Como si
leyese mis pensamientos domó mi cuerpo. Las finas marcas rojizas comenzaron a
apreciarse junto con suaves gemidos de placer.
...
El reloj se aproximaba a la hora en donde los astros
brillan, era nuestro momento; deambulamos por las frías calles Parisinas, hasta
encontrarnos con la Torre iluminada; mi bella Eiffel, como añoraba contemplar
la asombrosa estructura.
El ascensor nos condujo; durante ese lapso no podía dejar de
contemplarle; sus ojos castaños, el espesor de su barba, el traje negro que
vestía de exquisita manera, lo sentía perfecto; mi corazón latía bruscamente,
imaginaba si sentía lo mismo; mi nerviosismo acrecentaba conforme ascendíamos,
quería lucir radiante; no sabía si mi vestido negro, mis medias y botas le
resultaban lo suficientemente atractivas, no había adornado mi cabello, se que
lo prefiere de ese modo, sin embargo un par de pendientes de plata adornaban mi
rostro.
No me percate de que el ascensor se había detenido, tan solo
percibí sus dedos entrelazándose en mi muñeca; suavemente tiró de ella,
conduciéndome por un estrecho pasillo metálico. Mi trancé terminó cuando
contemplamos el restaurant, era la primera vez que entraría al famoso “58 Tour
Eiffel”, me alegra que fuese contigo... Lo primero que percibí fueron los
delicados aromas de la cocina y el suave jazz que armonizaba con los tonos
dorados del lugar, una pequeña mesa con vista al Trocadero nos esperaba. La comida
fue excepcional, la ambientación mágica, pero nada me gusto más que la compañía
de esa persona...
Al termino de la cena, me proponía a regresar a nuestro
hotel; sin embargo, me detuvo besándome y abrazándome con toda su fuerza, sentí
la música dulcemente en mis oídos, su esencia vibrando por todo mi ser; en ese
momento, pronuncio las palabras “Tu bienestar y felicidad”; la promesa quedo
grabada en la hermosa pieza que ahora contemplo en mi mano.
Ignoré las calles, olvide la gélida sensación del ambiente;
borré de mi memoria todo cuanto no fuese su presencia; la felicidad no alcanza
a describir aquel momento; mi único deseo era permanecer a su lado; sin
percatarme, nos encontrábamos recostados en la cama. Tomé un frasco de cristal
(el cual había comprado especialmente para la ocasión) abriéndolo
cuidadosamente, el aroma de frutos rojos con champagne se desprendió de este,
tomé un diminuto pincel plástico sumergiéndolo en aquel esposo y seductor
líquido, como si se tratase de un lienzo tracé líneas por su pecho, abdomen y
pene; juguete con las sensaciones provocadas; con delicadeza lamí el jugoso
manjar; su excitación era evidente, así como la mía, recorrí lamiendo y mordisqueando
cada área trazada, mis pechos se apretaban fuertemente contra él hasta llegar a
su rostro; de súbito las posiciones se invirtieron, en ese instante penetró en
mi sin consideración alguna, el éxtasis alcanzó su máximo esplendor, colapsando
en orgasmo. Mis dedos arañaban su piel, mientras el frenesí continuaba,
profundos besos y mordiscos teñían la piel. Pronto termino aquella escena, era
hora de algo más... Azotes mezclados con rasguños, susurrantes palabras
sacrílegas, movimientos feroces. Mi cuello fue alzado por su firme mano, me
guió hasta la ducha, un falo plástico fue introducido en mi cuerpo, el vaivén
de mis caderas y mi frenético intento por mantener su miembro en mi boca me
hacían perder la razón; bófetdas, órdenes, agonizante placer que perduró toda la
noche.
Reading this took me back to those moments, without any doubt, the best day I have ever had.
ResponderEliminar-AH
really nice time with you .
EliminarLove you.
Madre mia, esto si que es vivir con todos los sentidos a tope!
ResponderEliminarUn abrazo, Evelyn.
Jejejeje siii, es importante aprovechar la vida ;)
EliminarUn beso.