“¿Vainilla?”

Casi luces vainilla con ese traje de gala, por poco olvido tus verdaderas intenciones, caminas con naturalidad por aquel salón... las conversaciones no son protocolarias, simplemente sociables; me sonríes y olvido un momento lo que viene...

Se hace el silencio e imagino riéndome de mis propios pensamientos. Recuerdo las primeras veces en donde esto era un sueño, cuando me comía las uñas al adentrarme en mi, cuando pensar en sexo era desconocido... y ahora, la manera me lleva navegando entre perversos deleites y enigmáticas cruzadas.