Fotografía por: Xenia Seurat
La tarde trascurrió tranquila,
teníamos que llegar a la reunión... a decir verdad ninguno de nosotros deseaba
ir, solo habíamos pactado asistir por dos razones, compromiso ante una buena
amistad y verme en ese traje.
Extrañamente me encontraba nerviosa,
más que de costumbre, sentía que algo saldría mal, no sabía si mi instinto de
sinceridad provocaría conflictos ante aquella y muy delicada situación; pues
las fracturas que se crearon desde su salida aun no sanaban, y siendo sinceros
no sanarían. No quería meterme en el asusto por mantener la armonía, pero lo
deseaba más que cualquier otra cosa (odio cuando las personas no desea ver la
realidad y busca remplazar con trozos vacíos su dolor).
La rabia floreció de súbito al topármele,
solo quería expresarlo abiertamente, clarificar y quitar vendajes visuales atados al corazón... cuanto me costó sonreír, y
cuanto más entablar conversación fingiendo una buena amistad de la cual todos
conocen su falsedad.
La sencillez de la verdad me la
habían impedido y a cambio debía caminar enredada por la hipocresía, solo por
mantener una quimera de paz.
Poco a poco se lleno el salón, pero
nadie iniciaba los juegos, hasta que dimos el primer paso, me deshice de mi
gabardina quedándome en ese traje, un collar, tres tiras cuero negro y lustroso
cubrían parte de mis senos otra bajaba hasta mi ombligo convirtiéndose en una
fina tanga, a pesar de las miradas furtivas que lograban hacerme sentir
radiante y hermosa no podía concentrarme, no me permitía déjame llevar entre
deliciosas sensaciones, pues todo a mi alrededor me irritaba, sobre todo las
voces, no era como otras reuniones, en donde varios jugaban... era realmente una
situación incómoda, me ataron a la cruz, mis manos se encontraban presas por grilletes
de cuero, mi columna totalmente arqueada recibía sus azotes y caricias.
Al encontrarme totalmente marcada me
desataron, fue cuando me di cuenta que alguien más se encontraba jugando, pero
el juego era diferente, jugaban con el miedo, la parte psicológica de este
mundo y era de esperarse pues aquella persona no tolera el dolor y no podían
ponerla en evidencia.
La situación valió poco y como si nos
encontráramos fuera del cuadro subimos a una habitación mas privada, echamos el
cerrojo y otro juego comenzó… me encontraba marcada y dócil, un estado en el
que no entro fácilmente, en donde puedo decir que me trasformo completamente en
sumisa, solo deseaba servirles que usaran mi cuerpo como quisieran, pero
sobretodo quería experimentarlo, él sabía que esta era la oportunidad no me
dejaría si me encontrara en otro estado. Recuerdo que nos encontrábamos los cuatro en la habitación, ella en la
puerta radiante como siempre, con esa carita sumisa que tanto me gusta, él en
una silla observando con rostro malicioso lo que se aproximaba, mientras otras
manos me tocaban suavemente mientras me ordenaba susurrante quitarme la poca
vestimenta que cubría mi cuerpo.
Toco mi sexo con sus manos, no seré
capaz de relatar el sentimiento pues me encontraba en una línea delgada
transitoria entre goce y sumisión, todo parecía efímero y eterno, en momentos
abría los ojos, podía verlos, podía observar lo atentos que se encontraban ante
la escena, sin embargo parecía una alucinación, pues no estaba realmente
consciente de su presencia. De pronto sus manos dejaron de tocarme y sentí como
su cuerpo me penetraba, no pude adivinar nada, solo me deje llevar por la
marea, mis manos se encendieron para tocarla, la maravilla de un cuerpo
femenino, su tersura, su firmeza, la humedad de sus pequeños labios al besarla,
sus dedos vagando entre mi cabello, la cálida y jadeante respiración percibida
en mi cuello antes de sentir sus colmillos aferrados a mi piel, el dolor y
placer en medida exacta, estallido de oleajes
que culminaban una y otra vez. Posteriormente la calma cubierta de
caricias.
Fue en ese instante cuando volví a
verlos con claridad...
While reading this I could feel as if I was there, it sounds like a very good experience, leaving aside the frustration and anger produced by undesired people.
ResponderEliminar-AH
Jejeje. las personas que te rodean, no marcan las buenas o malas experiencias, mas aún si se tiene a tu lado personas que te quieren. Un lindo sentimiento realmente, y lindas experiencias de la mente que viaja entre letras.
EliminarBesos.
:O que relato... no tienes idea de todo lo que me has hecho recordar dentro de mis experienciad en este maravilloso mundo; el princio es perfecto, así como el final. Muchas gracias por compartir. Un beso.
ResponderEliminaratte: mil caritas.
Gracias Mil Caritas, ha sido uno de los pocos relatos que hice de tajo y a la vez uno de los que mas trabajo me costo subir jejejeje.
EliminarMe gusta cuando dicen que los envuelve o les hace recordar/imaginar, pues esa es una de las razones por las cuales escribo.
Un fuerte abrazo nena.