Un verso en el viento. Reflejo que trasciende a lo etero y
lo mortal. Aroma a café y sal.
No pude escribirte, te amé sin conocerte. No
recuerdo nadie antes de ti, nadie que desafiara mi ingenio, excusas para verte.
Te dibujé como eres, sin absurdos retoques divinos con los
que suelo ensalzar a mis musas. No llegue a escribirte una sola palabra, solo
quede atónita ante la complejidad de tus pensamientos.
No esboce tu sonrisa en un recuadro celestial. Me prohibí
imaginarme rozando tus dedos o besando cada poro de tu cuerpo.
No logré cubrirte con los mantos de una diosa, solo disfruté
tu enmarañado cabello y ropaje harapiento.
No te observé acompañada de ninfas mientras jugueteabas por
el bosque, solo sumergida en papeles y palabras.
No preparé la huida más cobarde, ni nombre los sentimientos,
solo conocí tu nombre.
Era especial y así actuaste, qué más se puede pedir?
ResponderEliminarMuy bonito lo que has escrito Evelyn.
Un fuerte abrazo.