No tengo idea de cómo describir, o por donde iniciar, no
pretendo ser especifica con los “quienes” o los “comos”; deseo expresarlo de
manera sublime; sin embargo la emoción nubla mis palabras y solo puedo imaginar
aquel tono rosado que enmarcaba la escena en mi mente y mi corazón.
Aun ciento el fuerte palpitar, y mi respiración agitada pero
profunda, sigo sin asimilar aquel inolvidable día.
Todo inicio hace un par de años, cuando conocimos su
existencia, sus magnificas voces y su elegancia musical. Seguimos sus pasos y
nos convertimos en grandes admiradores de su trabajo y obra. Especialmente me enamore de tres personajes, eran
las voces de aquel maravilloso grupo y a quienes más admiraba por su gracia y
encanto.
Es extraño como la vida enlaza todo... y por azares del
destino él cruzó la línea de un simple admirador a un amigo. Tuvo la
oportunidad de entregarle un trabajo mío a uno de los tres (el que más admirábamos
por su excepcional voz)... Tiempo después nos enteramos que vendrían a nuestro
país y se pusieron en contacto con él para organizar una salida o cena. En ese
instante comenzó nuestro extraño día.
Por política de quienes los habían contratado, por problemas
de pago y salud no pudimos contactarnos con ellos como esperábamos… nos
decepcionamos y perdí toda esperanza de conocerlos personalmente, de entablar
conversación...
El último día mi alma estaba fracturada, había comprado un
obsequio para una de los tres, pero sabía que no sería capaz de entregárselo...
Con todos los problemas, con todas las decepciones y con
todo el sufrimiento, acepte el hecho... y cuando me encontraba “curando mi
corazón”, los vimos acercándose, los escuchamos a pocos metros ¡Fue algo
maravilloso! Uno de ellos fue a nuestra búsqueda, hablamos un poco y le
explique que tenía un obsequio para su compañera, nos pidió que lo esperáramos
y fue en su búsqueda.
Me encontraba realmente nerviosa, puedo escribir y
comprender algunos idiomas, pero hablarlos... Me es realmente difícil; sea como sea, le entregué aquel pequeño
regalo, al abrirlo pude ver sus ojos brillando, me abrazo inmediatamente y me beso
repetidamente las mejillas, sentí su aroma, sus suaves manos, se sedosa piel y
sus pechos contra los míos, fueron minutos que deguste lentamente, como si el
mundo hubiese dejado de girar.
Desde ese instante el mundo torno su color, al menos así lo
sentí; estuvimos con ambos desde el atardecer hasta el anochecer, hablamos de un
sinfín de cosas, baile junto con ella, sentí como sus manos se entrelazaban con
las mías y su sonrisa en mi búsqueda intentando calmar mi nerviosismo,
repetidas veces me hablo diciendo que nos encontrábamos en confianza, que no
tuviera miedo de permanecer a su lado, esa extraña sensación de haberla
conocido inundo mi cuerpo, estar a centimanos de ambos, de hablarles, de
convivir... Cuando no podía llegar a un nivel mayor de perfección, uno de ellos
nos entrego dos obsequios uno para mí y uno para él. Fue un maravilloso
encuentro, pues no solo hable y conviví con ellos; sino que lo hice como su
amiga, lo puedo decir pues así me lo dijeron;
nos lo dijeron.
No sé que más decir pues en pocas palabras:
Fueron momentos mágicos!!!
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