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lunes, 25 de marzo de 2013

Relato de un sumiso Por: Pedro


El chico se despierta de su sueño. No ha dormido mal, lo hace en la habitación más pequeña de la casa y en una cama, pero cómoda, más que suficiente para él. No puede perder ni un instante. Acude rápidamente a preparar el baño. Lo hace con delicadeza. Templa el grifo hasta que la temperatura del agua es un poco más elevado de la correcta, cierra el tapón de la bañera y deja la instancia cuidadosamente. También prepara las toallas. Cuando termina la bañera ya está casi llena, añada las sales de baño y comprueba que el agua está un poco más caliente de lo esperado. 


Ahora viene lo más importante. Se acerca con mucho cuidado a la habitación de Su Señorita. No quiere hacer ruido. Nada más entrar se arrodilla y busca los pies de Ella. Los masajea con de forma muy pausada, es la forma que debe despertarla, pero sabe que son una de las partes más delicadas del cuerpo y no quiere que Su Señorita se despierte de manera brusca.
- Mmmmm, buenos días, sumiso. ¿Has dormido bien?
- Sí, Señorita, ha sido muy amable permitiéndome dormir en la cama.
- Bueno, espero que mi baño esté preparado, me vendrá bien para terminar de despejarme.
- Sí, Señorita.
- Bien, cálzame. Rápido.
- Sí, Señorita.
Mientras el chico coloca las suaves zapatillas de estar en casa en los pies de Su Señorita. Ella aprovecha para colocar la cadena, que descansaba en Su mesilla en el collar de Su sumiso.
- Sígueme.

El paseo es corto, la Chica tan solo lleva un fino camisón con el que se encuentra muy cómoda descansado. El sumiso lo sabe, fue él quien se lo puso la noche anterior, pero ahora sabe que no puede levantar la vista. Tan sólo la sigue, a cuatro patas, hasta el baño.
- Veo que no has puesto alfombrilla. Ya ajustaremos eso luego. Ahora, boca abajo, lo más cerca posible de la bañera.
- Lo sien...
- Shhhh –dice dando un tirón de la cadena –ahora eres mi alfombra.

El sumiso obedece rápido y se tumba boca abajo. Su Señorita apoya Sus bellos pies descalzos sobre su espalda. Deja caer el camisón y se mete en la ducha.
- Ya no me sirves quieto. Luego recogerás el camisón. Ahora quiero un masaje, muévete.
El joven se levanta, se lava las manos en el bidé –que estaban sucias y frías –y comienza a realizar un suave masaje en el cuello, hombros y espalda de Su Señorita, que se prolonga durante un buen rato.

- El agua se está quedando fría. Recoge el camisón y trae Mi ropa. Ropa interior, medias y vestido negro. Ah, y los zapatos rojos. Rápido.
El chico recoge el camisón y se dirige a la habitación. Lo coloca con sumo cuidado en su sitio y recoge la ropa que Su Señorita le ha indicado. Vuelve y se la ofrece de rodillas. La Chica, parece ignorarle por un momento, hasta que dice;
- Voy a salir. Deja la ropa.
El sumiso, deja la ropa, coloca la alfombra en el suelo, lo que provoca una sonrisa en Su Señorita y prepara dos toallas, una de las cuales se la ofrece a Ella, para que se tape y note lo menos posible la diferencia de temperatura.
Seca a Su Señorita con mucho cuidado y comienza a colocar la ropa sobre Su cuerpo según Ella le va indicando: ropa interior, medias, vestido cuya cremallera cierra muy despacio y por último los zapatos, que coloca en Sus pies tras haberlos besado previamente.

- Bien. Antes de salir vas a ser de nuevo mi alfombra. Vamos.
El sumiso obedece dócilmente, se tumba, como hizo antes boca abajo y nota como los tacones de su Señorita se clavan con cuidado en su piel. Ella no quiere hacerle daño, pero espera a que la marca de Sus tacones quede marcada levemente en la espalda de Su sumiso. Cuando acaba, quiere oír algo de la boca de Su sumiso.
- Puedes hablar.
- Gracias, Señorita, no volveré a olvidar la alfombra en el baño.
- Eso espero. Sígueme.

2 comentarios:

  1. Yo prefiero los relatos en los que la mujer es la sumisa/spankee, pero este no está nada mal, me gustó el uso del vocabulario y las mayusculas, no todas las personas tienen ese cuiado al escribir sobre su amo/ama.

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    1. Si, es un muy buen relato.

      Claro que hubo pequeños errores que fueron corregidos por Pedro antes de publicar, sin embargo concuerdo contigo respecto al cuidado que se tuvo.

      Saludos AH.

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