No he llegado a escribirte

Un verso en el viento. Reflejo que trasciende a lo etero y lo mortal. Aroma a café y sal.

No pude escribirte, te amé sin conocerte. No recuerdo nadie antes de ti, nadie que desafiara mi ingenio, excusas para verte.

Te dibujé como eres, sin absurdos retoques divinos con los que suelo ensalzar a mis musas. No llegue a escribirte una sola palabra, solo quede atónita ante la complejidad de tus pensamientos.      

No esboce tu sonrisa en un recuadro celestial. Me prohibí imaginarme rozando tus dedos o besando cada poro de tu cuerpo.

No logré cubrirte con los mantos de una diosa, solo disfruté tu enmarañado cabello y ropaje harapiento.

No te observé acompañada de ninfas mientras jugueteabas por el bosque, solo sumergida en papeles y palabras.

No preparé la huida más cobarde, ni nombre los sentimientos, solo conocí tu nombre. 

Miedo

Temor  a cometer el error de la fantasía, de escribir un sinfín de historial olvidadas. Terror a enamorarme de la musa carcomida del vacío. ¿Cuánto dolerán los sentimientos encadenados en aquel baúl polvoriento? Eco de silencio.  El tortuoso respirar de un gélido corazón ¿Permitas mi existencia junto a la tuya? Mis ojos se encuentran cansados de absurdos romanticismos, mis manos se niegan a idealizar memorias.

Sin embargo; no conozco, no deseo otra manera. El placer a la agonía; Sacrificio por las letras suicidas.      

El beso que no significa nada

Modelo: Dolce Claude

Labios purpuras, piel blanquecina marmoleada de color, “símbolo del amor al sufrimiento” bien lo dijiste. Torneada figura y pechos palpitantes. Fugaz juego de miradas que gritaban deseos. Pasos temblorosos, me recibiste con un beso y me despedí de igual forma; un segundo, una orquídea marchita.      

Nuevos proyectos:

Supongo que mi único objetivo es irracional o distante; si bien soy inútil describiendo sentimientos, lo cierto es que me envuelve una cálida ilusión, no persigo la fama o el dinero, no deseo eclipsar al mundo entero... 

Quizá es una frase infantil pero solo deseo estar tranquila y feliz con lo que hago.

Ha llegado el momento justo en el que eso puede materializarse. Juro cumplir mi cometido, o al menos trabajar para verlo realizado.

Mi mente ha llevado múltiples trayectorias y de una u otra forma mis metas siempre han sido las mismas. He fallado hasta ahora o quizá no, quizá solo me estaba preparando para este momento, si no hubiera experimentado cada recuerdo cada herida no tendía esta pasión que siento desbordarse de mis manos, o quizá solo he madurado y no hay otra explicación más filosófica o divina, me da igual.

Pronto os daré detalles de mis intenciones, por ahora solo os diré que por primera vez seré enteramente yo en todos los aspectos de mi vida. 

Recuento 2014

De México a Madrid y en Madrid a cientos de lugares, bosques lluviosos, ciudades escondidas, murallas, caminos de piedra, ciudades de luz y música.

Experiencias y amorío en la torre de acero desde donde se ven las luces celestes. La promesa de un nuevo comienzo.

Isla mágica, cubierta por el roció matinal que trae el mar consigo. Personas inmortalizadas en las fotografías de mis recuerdos. Luchas, decisiones, amistad y armonía.

Templos en donde resuena la música ancestral debajo de los puentes de piedra. Bullicio citadino trasportado por el viento en las grandes ciudades.

No puedo desear más que vivir a flor de piel, amando cada beso y cada herida.  Pues que sería de mi sin el cariño y sufrimiento vivido. “Abraza la ternura y el dolor” Eso es lo que me ha enseñado la vida y estoy orgullosa de que así sea.

Amé y sufrí de maneras terribles, me convertí en pasión, amor, sexo, dolor, agonía y paz.

Crucé nuevamente el mar en donde me esperaba una orquídea, una rosa y tierra estéril.

En mi cuarto se encuentra depositado un lienzo y un pincel; un tintero y pergamino.

¿Qué sería del arte sin haber sufrido intensamente? ¿Qué sería de él sin la ternura y el amanecer?

Soy obscuridad, soy una estrella, soy luz, soy nada y todo.