Nota: El siguiente escrito es un
Fan-Fic basado en el anime (serie animada) de “Minerva no Kenshi” también
conocida como “Fencer of Minerva” que a su vez está basada en las Crónicas de
Gor.
Uldan:
Deseo(Sexta Parte)
-Veo que obedeciste-
Dijo mirando la piel desnuda de su esclava que se encontraba semiacostada- Es
una pena que haya sido Iyari quien te lo recordará, esas cosas deben ser
prioridad para ti, no deberían recordarte
Neferet bajo la mirada.
- Recibiste un castigo
de un guardia; como prometí tendrás otro castigo, colócate boca abajo y
extiende bien las manos y piernas junto a los pilares de la cama- la joven dudó
unos segundos, pero obedeció, estaba segura que no había escapatoria - Muy bien
Enki ató a la joven a
cada uno de los pilares, esperó y observó unos instantes mientras la piel de su
esclava se contraía por temor, recorrió su mano por las marcas dejadas por el látigo;
no había cometido una falta grave, pero sabía que debía cumplir su palabra y
disfrutar castigando a su esclava.
-Comencemos, dime tu
falta
-Ya la sabes
-Quiero que me la digas
-¿Por qué?
-Porque deseo escucharlo
y te lo estoy ordenado
-No
-Eres muy testaruda, muy
bien, mientras no admitas tu falta el castigo no habrá comenzado
- ¡Vaya amenaza!
Enki se desabrochó el cinturón
y comenzó a azotar fuertemente las nalgas y muslos de su esclava
-Dijiste que no comenzaría
¡Eres un mentiroso!
-No ha comenzado, el
castigo por tu rebeldía matinal constará de 50 azotes con mi mano, pero esto es
una corrección por negarte a una orden de tu Amo- Dijo mientras continuaba
azotando a Neferet
-¡Eres un mentiroso!
-Nunca te he engañado
Los azotes seguían cayendo,
Neferet intentaba escapar de ellos sin conseguir resultados, su cuerpo se
tensionaba y sus lamentos eran cada mes más audibles.
- ¡Por favor! Lo diré
-Te escucho
-Estaba en los jardines,
al parecer en los límites de esta propiedad, un guardia me ordenó retirarme, le
dije que no estaba haciendo nada malo, en ese momento los guardias que estaban
junto a él me capturaron y comenzaron a latiguearme, iba a protestar, pero no
me atreví, el dolor del látigo nunca lo he soportado, me aterra
-Muy bien, comencemos
con tu castigo
Enki desató con su
espada las cuerdas que sostenían a su joven esclava, la cual no se atrevió a
moverse
-Colócate en cuatro y
levanta tu trasero lo más alto que puedas, no te atrevas a moverte o
iniciaremos nuevamente
Neferet obedeció, se
encontraba demasiado adolorida como para intentar algo, además 50 azotes no le
parecían gran cosa, el primer azote se impactó con gran fuerza, tanta que la
joven creía sentir mayor dolor por las manos de Enki que por su cinturón.
-Perdón ¡No puedo más!
Duele demasiado
-Si recién comenzamos
con el castigo
Enki continuó descargado
con gran fuerza los azotes, alternando cada uno por sus nalgas y muslos, esperaba
un tiempo entre cada uno para provocar que su esclava se estremeciera. En los
últimos 10 azotes Enki se percató que el sexo de Neferet se encontraba húmedo.
-Estas disfrutándolo
En ese momento la joven
se ruborizo y trato de retirarse, pero Enki había deducido sus reacciones y la
había sujetado de la cintura.
-Recuerda que no debes
moverte, si no te hubiera sujetado tendríamos que haber iniciado nuevamente y
no deseo eso, pero al parecer tu cuerpo si lo desea
-No
-No tiene caso mentir
Enki deslizó su mano
derecha al sexo e la joven y con movimientos suaves y rítmicos la comenzó a masturbar
mientras que con su mano izquierda seguían con la tarea de castigar el trasero
de su desobediente esclava. Los gemidos de Neferet eran cada vez más fuertes e
intentaba contener esas muestras de placer mordiendo las sabanas.
-Hemos terminado con tu
castigo- Dijo sin dejar de masturbar a su esclava- Ahora, si deseas mayor
placer deberás pedírmelo
-Sigue
-Eso es una orden, me
refiero a que deberás pedirme tu collar
-Jamás
-Como gustes
Enki se abalanzó hacia Neferet
colocándola boca arriba, mordisqueaba sus pezones, su cuello, sus oídos, cada
centímetro del cuerpo de la joven era masajeado o torturado por aquellas manos
tan hábiles, pero cuando creía desbordar de placer Enki volvió a detenerse.
-No te permitiré llegar
a menos que me ruegues por ello
Enki volvió a torturar
con placer y dolor el cuerpo de la joven, la cual se encontraba ruborizada y
con la respiración demasiado agitada.
-Eres muy cruel
-Sí, lo soy… ¿Me lo
dirás?
-No
-¿Ahora quien es cruel?
Solo te estas torturando a ti misma y a mi
-Entonces dámelo
-Eso no va a pasar a
menos que ruegues convertirte en mi esclava
Neferet no soportaba la
tortura, se encontraba cansada y frustrada, su sexo palpitaba con fuerza, sus
pezones se encontraban tan erectos que le provocaban una ligera sensación de
dolor y su estómago se sentía aprisionado como si le hubiesen dando un fuerte
golpe, lo más extraño era esa sensación de ferviente deseo, sin embargo, no
podía aceptar aquellas emociones y mucho menos a costa de perder su libertad.
-No te resistas, a pesar
de tus falsas esperanzas, te guste o no, permanecerás bajo mis ordenes
-No
-Como desees
Enki la tomó por las
muñecas y la condujo a una silla alta, amarró sus piernas para que quedaran lo
más separadas posible y ató sus muñecas a lo alto de la silla para que quedaran
muy por encima de su cabeza.
-Te quedarás ahí, el
tiempo que sea necesario
Neferet solo podía
sentir la humedad de su sexo recorriendo sus muslos, y la palpitación de todo
su cuerpo, aquel ardor le provocaba una infinita sensación de placer