Querido diario: pijamada (Parte 3)

Después de una larga y aburrida conversación con mi padre sobre cómo comportarme, que ropa llevar, como cuidarme del frío,  etc. me llevó a casa de Andrea.

En un principio todo trascurrió tranquilamente, charlábamos mientras tomábamos unas bebidas deliciosas que no tardaron en hacerme efecto; no lo suficiente como para perder el conocimiento, pero si para deshacer mi comportamiento habitual.

La noches cayo sin darme cuenta; habíamos hecho cientos de “cosas de chicas” (faciales, , peinados, uñas, hablar de hombres, etc., etc).

Nos encontrábamos tomando y comiendo frituras cuando una nueva actividad inició: “Verdad o reto” ¡Vaya juego sádico! Entrar desnuda a la piscina, bailar ridículamente,  besar a otra, probar combinaciones extrañas y asquerosas de comida, beber de un solo sorbo una mezcla de varios tipos de alcohol; en fin, miles de ocurrencias que a Margaret le pasaron por su cabeza.

Junto con Stella me tocó entrar desnuda a la piscina y permanecí ahí durante 5 minutos, eso no me causo ningún problema, pero al salir el frío erizo mi piel y corrí a cubrirme.

Toda la noche paso entre risas, gritos y juegos, una pijamada fantásticamente divertida.