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jueves, 29 de marzo de 2012

KARINA por: Toño

Aquí os dejo una historia escrita por toño :)
  
 KARINA

Desde niña , ya de muy pequeña , nunca supe ser ordenada, cualquier mosca o insecto volador , así como palabras oídas o ruidos en la lejanía eran motivo de despiste en mi quehacer, lo cual , llevaba posteriormente , debido a mi carácter rebelde y juguetón , a investigar los hechos, a husmear o a matar esa fea mosca negra con lo primero que pillaba , y si no  pillaba nada, la reventaba contra el cristal ,con la cortina blanca de mi habitación, dejando una huella de sangre en la tela. No era algo agradable de ver, y mucho menos para mis padres, lo cual me produjo verdaderas riñas y enfados de mis progenitores. Ni qué decir tiene, después de todo eso, ya ni recordaba lo que estaba haciendo y mucho menos lo que debía hacer, sobretodo estudiar matemáticas que era mi gran punto débil.
Mi familia era muy clásica, religiosa, como el 99% de las familias de aquellos años, todo era rectitud, modos y maneras arquetipadas, no dejando a nada ni a nadie el más mínimo resquicio a la imaginación, improvisación, y mucho menos a las bromas. El día a día se hacía largo, triste y aburrido, teníamos de todo en la casa, pues había dinero, pero nunca se usaba para cosas divertidas, yo detestaba estar allí, aunque los quería.
Mi hermana  Yolanda, 5 años mayor que yo, ya era una mujercita con sus 22 años, la recuerdo con 12 años revolviéndolo todo, y ganándose broncas y castigos por docenas ; en cambio , ahora con sus 22 años no es ni el espejo de sí misma , algo la cambió, nunca supe que es lo que pasó, porque nadie , ni tan si quiera ella jamás me dijo nada , pero eso sí, era la perfecta mujer lista para casarse con un hombre y hacerle feliz, ama de su casa , amante de tener hijos, buena cocinera y muy complaciente con su hombre.
Fue extraño ese cambio, puesto que, mis padres, en especial mi padre, a pesar de ser un hombre muy clásico y a la antigua, nunca nos levantó la mano, cosa que mi madre sí hacía, recuerdo bofetadas impresionantes de mi madre a mí y a mi hermana, tenía el brazo fácil para ello, porque decía que “quien bien te quiere… te hará llorar”, y usaba el castigo físico en multitud de ocasiones.  Mi hermana a los 17 años marchó a estudiar a un colegio interna, durante una temporada, y al volver fue cuando pude observar ese cambio de carácter tan agudizado; nunca, insisto, me dijo nada referente a esa temporada fuera de casa, por más que la preguntaba, ella se limitaba a decir: “Karina, te he dicho que no me preguntes nada sobre ese lugar”  eso sí, su gesto cambiaba y la cara se la ponía lívida y temblorosa.
Al cumplir los 16 años, mi cuerpo experimentó grandes cambios que no eran, precisamente, algo que pasara desapercibido a los ojos de los chicos y algún que otro hombre más adulto; mis pechos crecieron, y mis nalgas eran objeto de devoción en gran parte de la gente que conocía. Mis deseos como mujer que ya era, fueron despertando a la vez que fui abandonando cada vez más mis quehaceres, me fui haciendo más contestataria con el carácter arcaico y sombrío de mi familia, hasta el punto de sucumbir en los estudios trimestre tras trimestre, cosa que desesperó a mis padres, unido a varias “pilladas” con algún chico haciendo “manitas” escondidos en la calle. Mis padres me castigaban con no salir, me quitaban las cosas que más quería, pero era inútil, al volver a la calle… volvía  a suceder.
Una noche, estando los cuatro en la mesa, mi hermana de frente, mis padres y yo, y esperando a que mamá empezara a servir a mi padre, cosa que no entendía por qué, mí padre tiene unas palabras conmigo:
“ Karina, la próxima semana vas a ir al colegio donde estuvo Yolanda hace 5 años, ya he hablado con la dirección , y pasarás allí los tres meses de verano estudiando lo que no has aprobado ni sacado rendimiento en 9 meses de colegio aquí”
Mi hermana al oír eso, soltó el cubierto de plata que cayó encima del plato de sopa, salpicándola, yo la miré confusa, y apareció de nuevo esa imagen lívida de su rostro.
“¿Cómooo? “Exclamé yo, “ ¿a ton de qué debo de irme todo el verano allí? ¿Acaso me habéis preguntado si quiero yo ir? Ya estoy cansada de tanto formalismo y de vuestras rancias decisiones.”
Mi madre se levantó como para coger algo, y sin darme casi cuenta, me giró la cara con dos tremendos bofetones, diciendo:
“Allí te enseñaran los modales que aquí jamás has adquirido, los conocimientos que no sabes, y los modos de una buena mujer; y ahora levántate de la mesa  pide perdón y vete a la cama “
Me levanté llena de ira, pidiendo disculpas con la cara roja tanto de enojo, como producto de la mano de mi madre. Subí a la habitación y me tumbé en la cama muy humillada y enfadada pensando que a lo mejor era mucho mejor la decisión de irme de esa casa, al menos vería otro mundo diferente, al fin y al cabo, a mi hermana no la vino mal, y jamás me dijo nada malo de allí, aunque su rostro me inquietaba cada vez más.
Pasados 4 días desde aquella nefasta cena, llegó el día de marchar, mi padre me llevaba en su viejo Mercedes clásico, y me despedí de mi madre y de mi hermana, la cual… volvió a sugerir esa cara pálida como la luna, y unos ojos de terror difíciles de entender. No abrió la boca, tan solo me dio un beso.
Pasadas dos horas y media, y tras un largo y tortuoso tramo por un bosque cerrado de sombríos y colgantes arboles sobre la carretera, el camino se abría dejando ver  un edificio enorme de 3 plantas  de viejo ladrillo macizo de primero de siglo o más vetusto quizá, tenía unas gárgolas a modo de dragones en sus cornisas, y en el medio una gran puerta flanqueada por una escalera de 4 escalones de vieja piedra gastada, y en lo alto un escudo antiguo como de una época pretérita. He de confesar que solamente la visión  de ese edificio daba escalofríos, no sé porque razón, ese viejo edificio en medio del bosque solo y escondido no era precisamente algo para aplaudir, y más sabiendo que me esperaban 3 meses allí metida. Yo pensaba que iba a ser uno de esos colegios de un pueblo, rodeado de casas… pues… nada más lejos de lo imaginado. Al bajarme del coche, la sensación fue aún peor, un aire gélido acarició mis mejillas, y la visión de ese colegio… se mostró inquietante, una sensación de indefensión.
Nos  abrió la puerta un bedel, un señor muy educado, pero respirando el viejo tufillo a arcaico de mi familia. Mi padre adoptaba un aspecto de orgullo y seguridad extraño en él, subimos por una gran escalera que partía desde el enorme Hall ; ese lugar era raro, frío, muy muy frío para ser verano, olía a antiguo, a viejas maderas , como a moho; al llegar al primer piso puede observar el tremendo patio interior a modo de cuadrado y los enormes pasillos con puertas a un lado y ventanas al otro lado dando a la calle y visionando el tremendo bosque por el que habíamos pasado,; anduvimos metros y metros hasta  llegar  al despacho del director.
Era un hombre muy serio, grande, con traje antiguo y muy grave la voz. La verdad, cada vez estaba más nerviosa allí, no sabía lo que era, pero no tenía buenas sensaciones.
Nos habló a mi padre y a mí de las normas, UFFFF!  , me quería ir de allí. No se podía tener relación con el exterior, ni por carta, ni por teléfono, solo los domingos y supervisadas, nada de salir del centro si no es por alguna excursión la cama a las 9 de la noche, y levantarse a las 6, nada de voces, el cabello recogido siempre, nada de colgantes o pendientes, nada de hablar o hacer comentarios de lo que pasa o te pase en el centro ni por supuesto palabras insolentes o feas etc. etc...La ropa que llevaba no valía, según el director era insolente, porque dejaba entrever mis formas, me dio una bolsa con ropa y se despidió mi padre de mí diciéndome: “Es lo mejor que podemos hacer tu madre y yo, en 3 meses saldrás de aquí hecha una mujer “No supe como tomarme esas palabras, no sé si ha risa, viendo lo que veía del colegio o por el contrario con incertidumbre.
Pasado un rato con el director , serio, amable , pero poco cercano, vino una mujer grande entrada en años y muy altiva, en realidad parecía un hombre, a llevarme a las habitaciones, eran de cuatro en cuatro, y,  de camino por los viejos pasillos, puede ver lo que iba a ser mi ropa de estancia puesto que en esos momentos y después de escuchar una oración dentro de un aula , salían en fila un grupo de chicas todas andando parecido, cabeza alta , derechas , y muy obedientes. Llevaban una blusa blanca, chaqueta entallada con una especie de broche o adorno dorado en la espalda, falda muy corta y zapatos con calcetines blancos y cortos.
En la habitación me encontré con 3 compañeras, dos… del estilo a mi hermana, muy educadas, la otra algo más de mi estilo, más vivaz, y con la que empecé a tener más trato, porque lo que eran las otras dos… poco que contar puesto que no hablaban.  La ventana daba al patio, un patio nada cuidado, por el que había un camino marcado como de mucho paso a modo de senda.
Era domingo el día de la llegada ya empezaban las clases al día siguiente, y nos llamaron para cenar, una cena muy temprana;  poco acostumbrada estaba yo, pero… es lo que había. Me coloqué la ropa , que con mi cuerpo desarrollado la camisa me venía algo pequeña y dejaba ver mis pechos entre los botones, y la faldita corta era también algo justa  en su parte de arriba , aunque volara , ya que mis nalgas eran prominentes, o mejor dicho, respingonas. Lo cierto es que me encontraba realmente ridícula.
El comedor, como el resto del edificio, era muy frio, azulejado en blanco con mesas, sillas, y un altillo a un lado; allí todas muy educaditas, bien andadas, y sin hacer ruido. La comida era muy mala, de hecho mi compañera  la metía en una bolsa y no la comía prácticamente, la sacaba escondida y la tiraba por el patio donde podía, era curioso, porque el comportamiento era muy definido, la mayoría obedientes, salvo otras pocas que las mirábamos sin entender nada.
Al día siguiente a primera hora teníamos clase de literatura, una profesora vieja, con moño, impartía la clase, aburridísima por cierto, estaba deseando salir, y era la primera clase, pero cuando salí… me encontré con algo que no esperaba. En el aula contigua tenían clase de matemáticas, y al salir del aula, pude darme cuenta de que todas las alumnas que salían de la clase llevaban la cara completamente colorada , lo cual me impresionó, pero como nadie decía nada y si preguntabas .. Callaban… me empecé a poner muy nerviosa, la dije a Clara, mi compañera:
“Dios, ¿te has fijado en eso?, mira sus mejillas” Clara, con cara de estupefacción me dijo:
“Bueno, sí, es raro será el calor del aula, imagino”, yo sabía que no, esas mejillas coloradas eran producto de lo que eran, mi madre me lo tenía bien enseñado, yo me callé y no dije más, pero me recorrió un temor en el momento, el temor de algo que sabía por qué era.
El martes había clase de matemáticas… casi ni dormí pensando, entró el profesor, todas en pie, un hombre grande, de unos 50 años, muy fuerte, dijo buenos días  dijo, después exclamó:
“Señoritas… tengo el deber de enseñarlas matemáticas en 3 meses, las matemáticas que ustedes no han aprendido en 9 meses, lo van a aprender, y de eso me encargo yo, las guste o no”
Solamente su voz ya te ponía nerviosa, y mucho más aún , cuando pasando los días clase tras clase venía observando un comportamiento y unas miradas hacia mí lascivas , que además de miedo me daban asco solo imaginar sus manos como palas , y esos dedos gruesos en mi cuerpo.
Llegamos  al tema de las integrales indefinidas, puso una integral en la pizarra, se quitó el reloj, y comenzó una por una sacándonos a la pizarra a resolverlas. Jamás en mi vida había visto cosa igual, ese hombre daba las bofetadas más terroríficas que jamás imaginé. Esa integral era dificilísima, cosa que puso a conciencia, para enseñarnos lo que pasaría si no estudiábamos, iban pasando una tras otra por la pizarra, e iban sentándose con las manos en la cara, con las mejillas marcadas tan solo con dos bofetones. Estaba temblando al ver aquello, y sabia que llegaría mi momento, como así fue: “KARINA “ Dijo, sal a resolverla, me levanté temblorosa, andando hacia la pizarra donde me esperaba él, y su mirada sucia hacia mí y dijo: “Manos atrás ¿ sabes resolverla ?” , contesté :  “NO”, en ese momento , soltó la mano como un látigo en mis mejillas, una de ida y otra de vuelta, y me dijo : se dice “NO ,SEÑOR” , y me volvió a repetir los dos tortazos, esta vez agarrándome de la coleta y con más fuerza, en mi vida me habían dado bofetadas como las que repartía ese hombre, eran de un dolor descomunal, y mi vergüenza fue absoluta cuando mi cara empiezo a arder, me imaginaba con la cara llena de dedos y marcas. Estaba temblando, y se me acerca y me dice algo que a otras no dijo: tienes 3 minutos para resolverla. Me di la vuelta frente a la enorme pizarra y él comenzó a recorrer, lentamente, el pasillo derecho del aula, y luego a regresar por el izquierdo, el sonido de sus tacones acercándose era algo inquietante;  de nuevo  llegó otra vez hasta mí, me gira y me dice : “ te quedan 2 minutos , piensa “ y otros dos soberanos bofetones; vuelvo a oírle andar por el pasillo, mi cabeza no regía, miraba la integral allí pintada y no veía nada , solo oía sus pasos que ya se acercaban de nuevo, imaginando lo peor, como así fue , otras dos bofetadas , esta vez en la misma mejilla, y dijo que me quedaba un minuto, la pesadilla era horrible, volvía a oírlo irse, y le oía regresar , la cara me ardía , esas manos eran como palas, las bofetadas resonaban en el aula y en mi cerebro y no entendía como no había sido capaz de oírlas días atrás desde el aula contigua, supongo que los muros son viejos y no se oye , pero juro que eran unas bofetadas terroríficas. Cuando pasó el minuto, se acerca me alza la cara y con cara de satisfacción y mirándome las mejillas y seguidamente los pechos de forma libidinosa y asquerosa me dice : “Karina te queda mucho por aprender, ya sabes que si no resuelves … ya sabes lo que pasa” contesté : “Si “ , y esta vez , me pegó 4 bofetadas en menos de dos segundos , “ Si señor “, dijo, y yo contesté : Si , sí señor, si “ . me di la vuelta para ir a mi sitio, no me atrevía a alzar la cara , la vergüenza, el miedo, el temblor, la humillación que tenia me impedía mirar a mis compañeras al regresar a mi sitio, pero alcé la vista y pude contemplar la cara de temor de las que habían sido ya abofeteadas y las caras de horror de las que quedaban;  él dijo : “ la siguiente “ y me crucé con la siguiente compañera  por el pasillo, y vi como me miraba las mejillas aterrada, sabía lo que la esperaba. No me extraña que las alumnas salieran derechitas y obedientes de sus clases, era lógico. Odiaba a ese profesor , ya no solo por las tremendas bofetadas que repartía, si no porque me miraba con ojos de deseo, disfrutaba al verme, y más cuando me castigaba, lo hubiera matado allí mismo,; eso sí, aprendí muchas matemáticas, porque comencé a estudiar mucho para evitarme aquellas tortas escalofriantes.
Una mañana , antes de levantarnos, oigo pisadas por los pasillos, pisadas de dos o más personas , se paran en la puerta de nuestra habitación, y se oye como abren , encendiendo la luz, eran dos hombres nunca vistos, y la mujer que nos llevó al despacho del director, después de abrir dicen: “ “Clara , haz el favor de acompañarnos , vístete “ , Clara se asustó, y yo también, no entendía nada, no sabía para que la requerían ,ni ella tampoco se lo imaginaba. Por el contrario mis otras dos compañeras pusieron esa cara de horror que ponía Yolanda, y nada más irse, las dije chillando: QUE ES LO QUE PASA  AQUÍII! ellas no articularon palabra, lo cual me enfureció mas  y comencé a dar patadas a las paredes y a los enseres, creo que alguien me oyó tras del otro lado de la puerta puesto que comencé a oír pasos que se perdían.
Bajamos a desayunar, y no apareció Clara, ni tan siquiera en las horas después de clase, ni matemáticas, ni historia y mucho menos de urbanidad y buenas maneras. No podía más que pensar en Clara y en donde estaba, a veces pensaba que la habrían llevado a otro sitio, o que la vino a buscar alguien, pero por otro lado esas caras de horror… me decían que nada bueno sucedía allí. Y no solamente Clara, más de 4 personas más faltaban esa mañana.
Todo era muy extraño, pasaron 5 largos días sin saber de Clara y las otras compañeras, hablábamos a escondidas algunas y no sabíamos nada, y otras, en cuanto hablábamos, se iban sin responder. A los 5 días , apareció de nuevo Clara con un rostro extraño, cambiado, ausente, sin mucho dialogo, eso sí, todos los días perfeccionaba su cama, atendía en clase, comenzó a ser otra persona distinta , amable conmigo, pero muy muy aplicada, y por supuesto, nada decía de donde estuvo, solo se limitaba a decir .. “en otra área de estudio”. Juro que cada vez, yo… estaba más intrigada y asustada.
Casi a media estancia de ese verano, un día con el lujurioso y detestable profesor de matemáticas, me saca a resolver otro problema, ufff, siempre salía temblando, si lo resolvías, no pasaba nada, es más, te animaba, pero si no lo sabías hacer, te ponía la cara como un tomate a tortazos, y al final... acababas estudiando a la fuerza.  Me tenía harta, siempre o cada dos días me mandaba a mi salir , por eso estudié bien , para no darle el gusto de abofetearme más veces , aunque había días que volvía a padecer sus manos en mis mejillas, pero odiaba su mirada lujuriosa, y ese día , era demasiado para mí,  de repente no pude contenerme y le dije :  BASTA YA ! A TI NO TE IMPORTA MI EDUCACION, SOLO ME SACAS PARA MIRARME,  su cara de por sí seria, cambió a enfurecida, me propinó 4 bofetadas como jamás me las había dado, poniéndome la cara más morada que roja, y me dijo : “ SEÑORITA…ESTO NO VA A QUEDAR ASÍ “, siéntese. Me senté de nuevo avergonzada, pero contenta por haberle contestado, y le dije a Clara, mira... no aguantaba  más, no soporto como me mira y me desnuda con la mirada. Clara solamente dijo: “¡DIOS MIO! “, Dios mío ¿que?, la dije…. Y ella volvió a decir con la cabeza baja: ¡DIOS MIO!
Juro que al día siguiente estuve muy nerviosa, por si pasaba algo hacia mí, y por el contrario me extrañó sobremanera no recibir una notificación del Director, ni tan si quiera del profesor de matemáticas, pero bueno, mejor así que no de otro modo.
A los 5 días, sucede lo mismo que con Clara…. una mañana, antes del alba, abren la puerta, y me dicen: “KARINA, vístete y acompáñanos”. Me puse muy muy nerviosa.  Eran esos dos hombres que nunca veía, y la mujer grande del principio, me llevaron hasta el despacho del Director, y me ordenan estar de pie.
“Buenos días Karina, te preguntarás a que se debe esta audiencia tan temprana”
“Sí señor, estoy un tanto sorprendida”
“Pues bien…. En este centro educamos señoritas, ya sabes cual eran las normas, podemos aceptar que una alumna no progrese, y para eso tenemos métodos, pero no podemos admitir comportamientos groseros, contestaciones a profesores y mucho menos estropear material del inmueble, eso no es propio de señoritas educadas, y como te he dicho, tenemos nuestros métodos”
“¿A qué se refiere Señor?”
“Tu progreso en matemáticas ha sido excelente, como habrás podido comprobar… nuestros métodos son efectivos”
“Sí señor  “(malditos seáis pensaba yo)
“ Para la mala educación también tenemos nuestros métodos, y tu falta es muy grave, has puesto en vergüenza y has supuesto cosas indecentes de un profesor  que tiene  su carrera intachable tanto en comportamiento como en lograr sus objetivos , delante de personas , y eso no lo permitimos aquí, lo castigamos con severidad “
“Perdóneme señor, fue un momento de rabia”
“Todo lo que digas lo sé, por aquí han pasado muchas señoritas díscolas como tú, y nuestros métodos son efectivos e infalibles. De momento… ellos te llevarán a un área del edificio donde te indicarán lo que has de hacer y serás castigada corporalmente con severidad”
“Ohh Dios mío, nooo, pero…. Por favorrrr!!! “
Salimos del despacho , por esos interminables pasillos y bajamos por una escalera que no había visto nunca hacia una esquina hasta el piso bajo, aún era de noche, estaba amaneciendo, y las clases comenzaban en 2 horas … me llevaron por el viejo patio interior por esa especie de sendero que visualicé el día que entré al centro y que comunicaba con una puerta vieja de un área del edificio que no se usaba , una área sombrío y tétrico, yo … iba muerta de miedo, no sabía a lo que se referían con un castigo corporal severo, pero solamente acordarme de las bofetadas de aquel profesor … me temblaba el cuerpo entero.
Al llegar a la puerta, la mujer  la abre… y bajamos una escalera hasta el sótano, un largo pasillo con ventanales a la altura del techo, bombillas antiguas amarillentas y un frío escalofriante me rodeaban, a la vez que los brazos fuertes de esos dos hombres me llevaban. El pasillo tenía 5 puertas laterales y una al fondo más grande; uno de ellos abre la puerta de una habitación me ordena entrar me da una prenda blanca con un agujero para la cabeza y me dice: “Desnúdate por completo, ponte esto  y espera  sentada “.
Cuando cerró la puerta un escalofrió y un miedo horrible invadieron mi mente, no podía dar crédito a lo que me estaba pasando, y no quería ni imaginarme lo que me esperaba, solamente la idea de desnudarme me aterraba, solamente eso. La habitación era húmeda friísima, sin calefacción, una banqueta y una vieja mesa para dejar la ropa.
Escuché como entraban otras compañeras y oí decir lo mismo que me había dicho a mi anteriormente,….el miedo me recorría el cuerpo.
Pasados 20 minutos, oigo como meten la llave, y mi horror aumenta, ¡Dios Mío!, va llegando el momento. Me ordenaron salir y esperar en la puerta, el frío se me metía por los poros de la piel, las cuatro chicas estábamos allí esperando tiritando, ante la burlona mirada de aquellos dos hombres viéndonos el rostro y los ojos de auténtico pavor. Uno de ellos se atrevió a decirnos riendo: “No os preocupéis... en breve entrareis en calor “…. Maldito sea pensé, la ira me comía, pero no debía darles más motivos de los ya hechos, pero con ganas lo hubiera  triturado.
La puerta de la sala se abrió, y nos mandaron entrar una tras otra…. lo que apareció ante nuestros ojos  fue sobrecogedor, ¡¡no podía creer lo que veía!!
Era una sala de castigo en toda regla, grandísima, había 5 caballetes en medio, que solo al verlos casi chillo de miedo, un montón de varas y palas para azotar colgadas de la pared, esperándonos, y lo que es peor…. ¡¡¡¡todo el claustro de profesores de pie frente a los caballetes!!!! Nos miramos todas con ojos de horror, una de ellas salió corriendo y la agarraron los dos hombres  con fuerza  y nos mandaron colocar una a una al lado de lo caballetes.
Llegó el director y nos ordenó que nos desnudáramos;  ese momento fue horrible, estar desnuda delante de todos los profesores era una sensación imposible de explicar, menos mal que no estaba al que mas odiaba, porque entonces no hubiera podido soportarlo, que me viera desnuda , yo que era objeto de sus deseos, y encima viéndome castigar.
Una a una, los dos hombres nos colocaron en los caballetes, atándonos las muñecas a las patas delanteras, los tobillos a las patas traseras y pasando una cinta ancha y gruesa por nuestra espalda a fin de sujetarnos, ERA HORRIBLE ¡! , saber estar desnuda y expuesta delante de los profesores era horrible, la sensación de vergüenza, miedo, humillación, se mezclaba y no podía ni fijar la mirada en nada, miraba a mi derecha y a mi izquierda a mis compañeras atadas, y  solo veía la cara del horror. Estuvimos un rato desnudas y atadas a los caballetes sin saber que iba a pasar, los profesores no hablaban , y ese silencio mataba , a la vez que tiritábamos del frio, no parábamos de tiritar, atadas y con frio, sin podernos mover.
De repente se oye abrir la puerta de la sala…. Y OHHH DIOSSSS  ¡!! El profesor de matemáticas ¡!!!  NOOOOOOOOOOOOOOOO  ¡!!  Noooooooooooooo ¡!!  Chillé, solo se me oyó a mí, era él el que nos castigaría; juro que me quería morir ¡!  Lo juro ¡!!  No podía ser verdad, que me viera desnuda, y que me castigara, DIOSSSSSSSSSSSSSSSSSS  ¡!!!!!. Las otras chicas, que también habían probado sus lindas caricias… también comenzaron a ponerse muy nerviosas, por el contrario él, iba bien satisfecho.
El director dijo: ¡¡QUE COMIENCE EL CASTIGO!!
Solo oír eso, tragué más saliva que en mi vida entera. El profesor de matemáticas , se quitó la chaqueta, el reloj, con parsimonia, delante de nosotras y de los demás profesores, y se comenzó a arremangar  la camisa, se acercó al Director y le habló al oído, y éste a su vez a los dos hombres, que se acercaron a nosotras a recogernos el cabello, y a sujetarnos la cola del cabello con la cinta gruesa de la espalda, lo cual era horrible por varios motivos, no podías esconder la cara , no podías bajar la cara , te veían los profesores y era humillante al 1000 por 1000.
El profesor comenzó por mi izquierda colocándose delante de la cara de la primera chica, a la cual solo se la oía decir: “No, no por favor “según se acercaba el profesor, yo no la veía, pero la oía. Comenzó a abofetearla sin descanso, una tras otra iban cayendo en sus mejillas, y ella casi no podía ni quejarse, puesto que según caía una... sobrevenía otra, así  dos largos minutos, y un montón de incontables tortazos, sonaban en la habitación que de no ser por los grandes muros y de ser un sótano, hubieran despertado al mismo centro escolar entero.
Según acabó, comenzó con la chica de mi izquierda... con igual intensidad que la anterior, mi horror crecía por momentos, la primera chica ya la oía el llanto, y ahora podía ver como la cara de mi compañera de al lado aparte de marcarla las manos y después  ponerse colorada... tornaba a morada.
Era mi turno, se puso frente a mí, y no dijo nada , lo cual agradecí, porque le odiaba, ya era horrible verme desnuda delante de él, pues si me habla peor, me acaricio primero las mejillas dándome un asco terrible, y más cuando , antes de sobrevenir la primera bofetada , pude apreciar en él signos de una erección en su pantalón . Si a las otras las abofeteo dos minutos seguidos, conmigo el calvario fue mayor, al acabar pensé que se me caía la cara a cachos, el ardor , el calor y el dolor de mis mejillas era atroz, QUE BOFETADAS DABA ¡, lo odiaba , juro que lo mataría, fue espantoso , y encima la cara marcada delante de todos los profesores.
Así, fue castigando a todas, se nos oía los lamentos a todas, menos a mí, que no quería darle el gusto, miraba a mi compañera de un lado y del otro, y increíble como tenían el rostro, fue un castigo durísimo., aunque lo `peor estaba por llegar.
Después de 5 minutos o 10 que nos dejaron solas, sin hablar nada entre nosotras porque no articulábamos palabra, llegaron de nuevo los profesores, el pánico creció. Cada uno de ellos , a la voz del director : “VARA GRUESA , SEÑORES”, cogieron una vara  y se pusieron tras de cada una de nosotras , mis compañeras chillaban de horror, a mí , por supuesto , me tocó el de matemáticas, y no podía imaginarlo detrás de mí desnuda y expuesta , y encima que me castigara. Uno de los hombres que nos ataron a los caballetes, dio algo en la mano a cada uno de ellos , y a la voz del Director de : “ SEÑORES , COLOQUEN EL JENGIBRE “ yo no entendía nada , cuando de repente siento sus sucias manos en mi cuerpo, introduciendo un trozo de jengibre , a modo de lanza, en mi ano, DIOSSSS DE MI VIIIDAAAA , ERA HORRIBLEEEE , tanto la sensación de sus manos como el ardor del jengibre, intentaba separar las nalgas sin apretarlas y era inútil, si apretaba , mas se introducía, en ese momento se oye al director decir : “ ADELANTE CABALLEROS 50 VARAZOS “, comenzaron a azotarnos de una manera cruel, los gritos, lamentos, el sonido de las varas , el golpe en las nalgas y el profundo dolor, me hicieron cerrar los ojos y desear la muerte en ese momento, los primeros diez fueron duros, pero los 40 siguientes imposibles de soportar sin llorar o gemir, lo cual me irritaba más , que él me oyera , pero era imposible soportarlo,. Sentía que me reventaban las nalgas, era un dolor extremo, horrible; eran varas muy solidas y a la vez muy flexibles que te azotaban hasta el mismísimo alma,  al acabar…. dejaron las varas y se volvieron a marchar, dejándonos a todas aullando de dolor, y llorando a lagrima viva, mi compañera de la derecha tenia las gotas de las lagrimas en el suelo, eran apreciables, los lamentos, y el dolor y quemazón eran insoportables.
15 minutos de espera, deseando que nos soltaran ya, la cara nos ardía, las nalgas igual, era espantoso, deseaba frotarme con las manos, no aguantaba esa quemazón y quitarme el maldito jengibre.
Cuando volvieron los profesores, pensábamos que ya todo había acabado, cuando  de repente , a la voz del director : “ VARA DELGADA ,SEÑORES “, comenzamos a gritar de horror de nuevo, mi compañera del principio decía : BAAAASTAAAAA , NO PUEDO MASSS, VOY A MORIRRR DE ESTO, pero no hubo clemencia, el director ordenó 25 nuevos varazos , y estos sí que fueron horribles de verdad, porque la vara al ser más delgada, se metía en las marcas de la otra gorda de anteriormente y dolía el triple, el sonido del silbar las varas al aire y nuestros lamentos ,como se puede uno imaginar ,era ensordecedor , uno tras otro los varazos caían en nuestras nalgas y el dolor se hacía interminable, miraba a la izquierda a mi compañera y la veía como se retorcía de dolor en el caballete , y las venas de su rostro se hinchaban con el llanto, fue horrible. Cuando acabaron… nos giraron los caballetes para poder vernos una a otra las nalgas, y cuando vi a mi compañera, empecé a llorar de horror, tenía las nalgas llenas de marcas incluso la piel algo rota en varios sitios, cuando nos giraron chillamos aun mas, sabiendo que eso que veíamos en la compañera, lo teníamos las demás de igual modo.
Pasados 20 minutos de atroz espera , y ya algo mas calmadas , pero doloridas hasta el extremo, vuelven los profesores y el director les despide dándoles las gracias ; los dos hombres que nos ataron sueltan a todas menos a mí, lo cual me hace lanzar un desesperado : ¿ POR QUE A MI NOOOOO ??? Mis compañeras se levantan de los caballetes sin casi poder andar, y son ordenadas ir desnudas manos en la cabeza hasta las habitaciones donde habíamos estado.
Yo me quedo sola y asustada, pensando en lo que pasará, y de repente entran el director y el profe de matemáticas, yo les digo:
“Basta yaaaaa, por favor… es horribleeee “
El director me dice: “Karina, esto anterior es por el comportamiento malo en el centro, en general, ahora debes de rendirle cuentas a tu profesor por tu insolencia”, yo no voy a estar presente ni a ordenar nada, es cosa suya y responsable de cómo castigarte, igual que fue responsabilidad tuya cuando le contestaste”
“ Nooooooooooooooo, dije,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,, NOOOOOOOOOOOOOOOOOO “”  
Yo no `podía más, le suplique, le rogué, lo que jamás hubiera imaginado, pero... fue inútil, en cuanto  se fue el director, se apoderó en él esa cara lasciva, y quise morirme. Trajo un recipiente con un liquido, y se mojó las manos, yo no sabía lo que era, y comenzó a pasarme sus asquerosas manos por mis nalgas doloridas, DIOSSSSSS  ¡!!!!!!!   DIOSSSS ¡!!!  Era agua salada, QUE ESCOZOR ¡! , y encima según me lo ponía abrió su sucia boca y dijo: QUE SUAVE ERES, LO IMAGINÉ DESDE EL PRIMER DIA.
“muérase “le dije…. A lo cual, se colocó en mi cara y me obsequió con una docena de bofetones marca de la casa, para seguidamente ponerme sal en grano en mis nalgas y acercarse a por una pala ancha y grande de madera.
Mis ojos se abrieron como platos, la cara me ardía, las nalgas… para que contar, el jengibre escocía, y ahora la pala.
“Veras como la pala te hace recapacitar… esto va a ser definitivo “
La paliza que me dio, fue de morirse, me dio 30 palazos sobre mis nalgas doloridas, introduciendo la sal adentro lo cual fue más que horrible, y los últimos 10 me los dio en los muslos, nada más acabar, yo exhausta, me volvió a abofetear 6 veces, y pude observar como su erección continuaba,… no estaba errada en pensar que le gustaba, y que se había salido con la suya.
25 minutos horribles en el caballete me tuvo después, hasta que volví a sentir el frio del sótano aquel, ya estaba el sol alto e iluminaba mi enrojecido y  llantino rostro, cuando uno de esos dos hombres me desataron, tuvo que ayudarme a andar…. Era imposible, aún así me mandó ir erguida y manos en la cabeza hasta la habitación a por mi ropa, mis nalgas estallaban de dolor, y mi cara era la expresión de un brasa encendida. ¡Fue espantoso!
Estuvimos las 5 en otra ala del centro recibiendo clases normalmente, pero lo hacían para que nadie viera las marcas y el resultado de tan tremendos castigos, eso sí, nadie podía decir nada... bajo amenaza de volver a probar algo aún peor.
Ahora entiendo a mi hermana y a las demás….
El mes que quedaba lo pasé estudiando a tope, callando la boca y aguantando las sonrisas malvadas de aquel profesor que odiaré toda mi vida, y que a su vez… me hizo recapacitar y ser alguien de bien.

                                                                                                                                                               Toño

Pensamientos 19



Muero cada vez que me tomas por sorpresa tirándome en la cama, sin esperar mas, sin pensar, dejándote guiar por ese instinto de cazador, mirándome fijamente, moviendo tu cuerpo dentro mío, meciéndonos en una marea salvaje.

lunes, 26 de marzo de 2012

Sin palabras



Amada figura con la cual sucumbo ante tus deseos sin ningún vestigio de pudor, cubre tu cuerpo desnudo con mi piel, entrando a la furia del deseo, devorando cada poro al compas de mis manos entrelazadas en tu nuca, y mis caderas danzando frenéticas deseosas por sentirte dentro de mi.

Un pequeño bloqueo


Se que mis post son escasos... pero sigo con mi “bloqueo creativo”, la realidad es que no es un “bloqueo”, más bien mi inspiración va dirigida a cosas mas “tangibles” una escultura en la que estoy trabajando (bueno con la que empezare a trabajar jejeje) y por esa razón concentro mi fuerza y mi creatividad en ese aspecto, y espero lograrlo, aun así escribí algo pequeño para esta semana y claro, si mi inspiración brota nuevamente subiere otras cosas al blog.